La versión más famosa explica que se originó en medio de la construcción de lo que se conoce hoy como el ferrocarril central de Perú, siendo más específicos en el trayecto que va de Lima hacia Huancayo.
En un momento donde la comida consumida por los trabajadores no era muy variada, —consistía en algo lineal y repetitivo—, siendo aquí cuando los constructores quisieron innovar y pidieron amablemente un cambio.
Rumbo a Huancayo
Ante esto, las mujeres huancaínas quienes eran las que preparaban los alimentos para los trabajadores, accedieron y decidieron preparar papas hervidas con una salsa de queso, ají y leche; que resultaron todo un éxito.
Los trabajadores quedaron maravillados con el plato y haciendo referencia a las creadoras, la receta al difundirse fue bautizada como «papas a la huancaína».
Una versión alterna que se ha hecho popular con el paso del tiempo, menciona que el origen de este plato efectivamente fue en la estación del ferrocarril central de Perú, en la misma vía que la historia principal; exceptuando el hecho de que las mujeres huancaínas prepararon ese plato y lo vendían en la estación.
Por lo que el alimento que en un principio era llamado “papas que se comen rumbo a Huancayo” pasó a denominarse “papas a la huancaína”.
Cómo prepararlas
Luego de prepararse se añade un poco de leche y aceite para concretar la salsa, suele servirse junto a un poco de lechuga, aceitunas y huevo.
Además de su delicioso sabor es rica en vitaminas de tipo A y B, conteniendo también nutrientes y minerales como magnesio, potasio, sodio, hierro, cobre, manganeso y zinc.