Desde el año 200 d.c. los Incas cultivaban la lúcuma, que formaba parte de las dietas precolombinas, y era considerada símbolo de la fertilidad y su árbol era conocido como árbol de la vida; debido a que a su fruto le atribuían muchas propiedades curativas.
El misterio y la leyenda
Alrededor del origen de esta fruta gira un misterio y ha surgido una leyenda.
Hace muchos, muchos años, vivía una hermosa diosa llamada Rukma, que rechazaba cualquier pretendiente, que se le acercara para proponerle matrimonio. Uno de ellos era Huatio, padre de la agricultura, que se transformaba en un hombre andrajoso y sucio diseminando sus conocimientos entre los hombres.
Una tarde, mientras Rukma dormía debajo de un árbol de lúcumo, Huatio se transformó en un pájaro y en uno de los frutos del árbol introdujo su semen.
Cuando el fruto cayó en el regazo de Rukma, la diosa se lo comió y quedó embarazada.
Rukma, deseosa de saber quién era el padre de su hijo, reunió a los hombres en una plaza y para su sorpresa, su hijo abrazó a Huatio. Rukma avergonzada se refugió en las montañas.
Para qué sirve la lúcuma
La lúcuma está entre los alimentos peruanos apreciados por sus propiedades nutricionales. Es empleada para elaborar dulces y postres.
Desde que se descubrieron sus propiedades, que favorecen el bienestar de nuestro organismo, empezando por su gran contenido de nutrientes y grandes cantidades de antioxidantes; su pulpa se ha comercializado y es utilizada también como edulcorante.