Es cierto que la cocina Nikkei ha estado muy de moda en los últimos años, pero de ninguna manera es una tendencia culinaria pasajera; es más bien el resultado de una conjunción prudente hace unos dos siglos.
Cuándo apareció lo nikkei
Fue durante el siglo XIX que se inició un importante flujo migratorio desde Japón hacia Perú y Sudamérica en general.
En estos lugares lejanos y tan diferentes, tanto culturalmente como en materia de materias primas, los nikkeijin, o inmigrantes japoneses, han hecho todo lo posible por preservar sus raíces y tradiciones a través de la cocina, adaptándose también a lo que la naturaleza del lugar les pone a su disposición.
Así nació un camino de fusión (que como siempre es recíproco) entre la cocina japonesa y la cocina peruana, que da vida a platos fácilmente identificables gracias a la originalidad de las combinaciones que los caracterizan.
Ingredientes peculiares
Es precisamente a través del uso de ingredientes particulares que los platos Nikkei se caracterizan por su extraordinario equilibrio entre el rigor y la delicadeza del gusto japonés y la vivacidad del gusto sudamericano.
Luego encontraremos chiles jalapeños, ají amarillo, papas, limas, maíz, palmito, chile y frutas tropicales junto con arroz, pescado, algas, daikon y miso.
Nunca olvidamos que la combinación cultural nunca es un camino de un solo sentido: incluso la cocina peruana ha sufrido las influencias de la japonesa.
Hasta hace unas décadas en Perú nadie comía pulpo, que se consideraba un desperdicio de la pesca: los pulpos que acababan en las redes de los pescadores eran arrojados a las playas y nikkeijin los recuperaba como ingrediente habitualmente utilizado en la cocina japonesa.
Con el tiempo, los peruanos también decidieron probarlo, introduciéndolo en sus preparativos.