Cada botella o bote contiene un líquido herbal diferente, muchos de ellos provienen de la selva amazónica.
Emoliente es una las bebidas favoritas de los peruanos. Perfecto para un día frío de invierno si lo bebe directamente de la olla humeante, y también increíblemente refrescante en un día caluroso de verano, una vez que se ha enfriado en la nevera durante unas horas.
Una fiesta en el paladar
Debido al sabor y los posibles beneficios para la salud de beber emoliente, vale la pena beberlo incluso si está perfectamente en forma.
Como mínimo, lo mantendrá abrigado en sus paseos nocturnos, particularmente en los Andes, donde la temperatura desciende significativamente una vez que se pone el sol.
Sus fervientes bebedores creen que es un diurético natural y también bueno para el hígado y para la digestión en general.
Cómo prepararla
Por regla general, lo que todo emoliente debe tener es: cebada tostada, semillas de lino, rabo de caballo seco, pasto seco y llantén (hoja de llantén).
A esto se puede agregar tantas cosas como desee, incluyendo anís, boldo, verbena de limón, limoncillo y uña de gato, una enredadera leñosa nativa de América del Sur, conocida por sus poderosas propiedades antiinflamatorias.
Aunque tiene muchas buenas propiedades, el emoliente es una bebida humilde. Se puede encontrar en muchas esquinas de Lima y es económico, lo que aumenta su atractivo para quien desee beberlo.