Los orígenes de este plato nos llevan a Perú para conocer una parte de su historia, en una época donde los españoles aún no habían llegado a América, donde era consumido con frecuencia, debido a su sabor, y a la cantidad de carne que contiene.
Cómo se preparaba
Antiguamente, el plato estaba constituido por carne de llama que aliñaban con una serie de hierbas y ajíes locales.
Con el pasar de los años y por supuesto, la llegada de los españoles, se modificó la receta, volviéndose lo que es hoy en día: carne proveniente del corazón vacuno ensartada en palitos de caña que luego son puestos a asar.
Hacerlos deliciosos
Para degustar todo el sabor que pueden ofrecer los anticuchos es recomendable limpiar muy bien el corazón de res, extrayendo los nervios y la grasa.
La forma ideal de prepararlo es sazonarlo muy bien, ya sea con ajíes, ajos, vinagre, pimienta y sal.
Siendo aconsejable dejarlo durante 12 horas en el refrigerador, para poder atravesarlo con el respectivo palito y finalmente freírlos. Y posteriormente, acompañarlos con los típicos choclos peruanos y un poco de aderezo de cebolla y ajo.
Algunas curiosidades
Algo curioso del plato es que llegó a tener tal importancia en el país, que se le concedió su propio día, el cual se celebra el tercer domingo de octubre.
Por otro lado, se ha mencionado en diversos textos, que a las 3 de la tarde es la hora del anticuchero; pues todos los días a esa hora se incrementa la compra del plato a nivel nacional.
No por nada se considera oficialmente una de las siete maravillas gastronómicas de Perú, compartiendo ranking con platos como el ceviche.