El menestrón es uno de esos platos que te envuelve con su sabor y calidez desde el primer sorbo. Esta sopa espesa y sustanciosa es un ícono de la gastronomía peruana, llena de una variedad de verduras, tubérculos y carnes que la convierten en una verdadera explosión de sabor y tradición.
Pero, ¿sabías que su origen está en la bella Italia? Vamos a descubrir juntos cómo esta receta italiana se transformó en una joya de la cocina peruana.
La complicada Italia
En tiempos antiguos, la vida no era fácil para los campesinos italianos. La escasez los obligaba a ser creativos, aprovechando al máximo los ingredientes disponibles en cada estación. Así nació la minestrone, una “sopa grande” hecha con las verduras, cereales y legumbres que abundaban en cada temporada.
Los ingredientes básicos de esta sopa eran repollo, cebolla, zanahoria, papas y frijoles, a los que se añadía arroz o pastas como tubetes o estrellitas.
Dependiendo de lo que hubiera a mano, también podían incluir calabaza, espinaca, apio o acelga. Todo esto se cocinaba en un caldo de verduras sazonado con ajo, albahaca y parmesano. ¡Una delicia que no solo era nutritiva, sino también muy reconfortante!
La minestrone se popularizó rápidamente entre las clases trabajadoras del norte de Italia, convirtiéndose en un plato barato, saciante y fácil de preparar. Con el tiempo, esta humilde sopa fue ganando prestigio y se coló en los recetarios más refinados de la gastronomía italiana.
Cruzando el charco
Al cruzar el océano y llegar al Perú, la minestrone encontró un nuevo hogar. Entre los años 1845 y 1866, los primeros inmigrantes italianos llegaron al Perú trayendo consigo su cultura y, por supuesto, sus recetas.
Menestrón peruano
El menestrón, con su encanto italiano y el toque sazonado peruano, es una deliciosa obra culinaria. Aquí se fusionan las verduras frescas, los autóctonos frijoles y la crema verde para crear una experiencia gastronómica única y exquisita.
Las pulperías, esos pequeños comercios de la época, empezaron a ofrecer platos italianos, y la minestrone se transformó para adaptarse a los ingredientes disponibles en tierras peruanas.
En lugar de repollo y zanahorias, los peruanos usaron col, cebolla y zapallo macreño. A la sopa se le añadieron papa y camote, tubérculos típicos de los Andes, y las pastas fueron reemplazadas por choclo y habas. Además, al caldo vegetal se le sumaron carnes locales como pollo y cerdo.
Así nació una nueva versión de la minestrone, que fue bautizada como “menestrón” al adquirir su propia identidad en la cocina peruana.
El menestrón peruano es una fusión maravillosa de tradiciones italianas e ingredientes locales. Este plato híbrido refleja la rica diversidad cultural que define al Perú. Hoy en día, el menestrón no puede faltar en las mesas peruanas, especialmente durante los meses más fríos, ofreciendo un abrazo cálido y nutritivo a quienes lo disfrutan.
Así que, la próxima vez que te sientes a saborear un tazón de menestrón, recuerda que estás degustando una deliciosa historia de adaptación y fusión cultural. ¡Buen provecho!